SAG registra nuevas variedades de Álamos creadas por científicos de la Universidad de Talca

Concluyéndose el examen de distinción, homogeneidad y estabilidad, se inscribieron en forma definitiva nuevas variedad del Álamo en el Libro de Registro de Variedades Protegidas del Servicio Agrícola y Ganadero. Con esto se otorga el título de obtención vegetal por un plazo de 18 años a partir de noviembre de 2012 a la universidad.

Seis nuevas variedades de Álamos con sólidas características de adaptabilidad, crecimiento acelerado, baja tasa de enfermedades y utilidad industrial, fueron registradas en el Servicio Agrícola y Ganadero y otorgadas a la Universidad de Talca tras ser creadas por el Centro Tecnológico del Álamo (CTA).

Este trabajo de selección comenzó el año 2002 cuando los investigadores del CTA iniciaron un programa de ensayo de variedades, en el marco de un proyecto FONDEF (ejecutado entre los años 2002 y 2005). Ensayos clonales denominados “de determinación inicial” que fueron establecidos en diversos sitios entre las regiones de O’Higgins (Coinco) y de La Araucanía (Temuco).

Al término del proyecto se generaron nuevos ranking genéticos que si bien, permitieron identificar 20 o 30 variedades con potencial económico, seis de las variedades ensayadas fueron escogidas para ser registradas como selectas debido al costo de cada registro.

“Esta es en la primera vez en nuestro país que una institución con un equipo de investigadores registra variedades de Álamos. En efecto, el trabajo realizado por nuestro Centro Tecnológico es el primer esfuerzo serio realizado en Chile para estudiar y desarrollar el cultivo integral de variedades híbridas de Álamo. El proceso específico de registro de nuevas variedades vegetales en Chile comienza con el ensayo de los nuevos ejemplares y la búsqueda de nuevo material vegetativo. Estas variedades deben poseer características útiles y de valor para el uso industrial y para la sociedad”, explica el Dr. Francisco Zamudio, director del Centro Tecnológico del Álamo.

El SAG debió realizar durante varios años una serie de “auditorías periódicas“ en que observaban el desempeño de las seis variedades, por lo que dentro del Campus Talca se establecieron parcelas demostrativas “fundacionales”, donde se registraron todas las características de estos árboles,  desde las más notorias hasta las más minuciosas de su “arquitectura” como árboles, tales como: tronco (conicidad, sinuosidad, etc.), ramas (ángulo, número, diámetros, etc.), corteza (rugosidad, estrías, etc.), hojas (forma, peciolo, área, etc.) y cualquier detalle relevante que debía ser pesquisado de forma regular.

 

Entre las utilidades más destacables de las nuevas variedades está el uso de su madera como biomasa para la generación de bioenergía y una tasa de crecimiento volumétrico que haría bajar la edad de cosecha desde los 14 a los 10 años. Aspecto clave para pequeños y medianos agricultores junto a forestadores interesados en el cultivo del Álamo, quienes pueden ver una posibilidad concreta de obtener ingresos económicos en un menor tiempo.

“Este es el trabajo de un equipo de cinco personas, quienes contribuyeron durante años en varios proyectos en distintas tareas. El gran impacto tecnológico radica en que si estas variedades son adecuadamente plantadas van a producir una calidad de madera más homogénea, lo que es muy apreciado por la pequeña y mediana industria de este rubro. Además tendrán una certificación de origen que las denominará como seleccionadas y auténticas, lo que comparado con la heterogeneidad de las pocas plantaciones de Álamo existentes en el país, se contribuirá a un mejoramiento de la calidad de la materia prima”, añadió Zamudio.

Estas seis variedades fueron ensayadas en distintas localidades y en términos promedios tuvieron un buen desempeño siendo recomendadas para ser plantadas en toda la zona central de Chile, ya que siempre demostraron un mejor crecimiento, vigor, presencia insignificante de hongos, y buenas propiedades para madera aserrable.

Patricia Klein, directora de Trasferencia Tecnológica de la Vicerrectoría de Innovación y Transferencia Tecnológica comentó que “el SAG, en este caso, concede los derechos de obtentor, lo que implica que pasó todas las etapas de evaluación para ver si es una variedad distinta, homogénea y estable. Estos registros fueron otorgados por 18 años,  lo que se traduce en la exclusividad para comercializar estas variedades desarrolladas”.

Por otra parte, el Centro Tecnológico del Álamo trabaja en un nuevo proyecto FONDEF de genómica de Álamos que terminará a comienzos del 2017. En este proyecto se compara la información genético-molecular con información biométrica del fenotipo de las variedades de Álamo. Por lo tanto, es altamente probable que nuevas variedades sean registradas. A su vez se intentará proteger industrialmente tanto la información sobre genes que regulan el crecimiento y algunas propiedades de la madera, así como proteger los algoritmos que puedan ser utilizados para realizar – lo que se denomina – selección genómica en variedades de Álamo.

“Nuestro trabajo va mucho más allá de la región, pues buscamos posicionar el cultivo de las variedades de álamo como el tercer recurso forestal más importante del país, y a su vez profundizar en sus peculiares características de cultivo. Puesto que híbridos de Álamo no solo pueden ser utilizados para la obtención de “madera.”, también pueden ser utilizados en el mejoramiento de problemas ambientales, tales como la fitorremediación (de metales pesados) o fitoestabilización de pasivos ambientales (relaves mineros, vertederos municipales, etc.)”, finaliza el Dr. Zamudio.