Detectan que componente suelo es clave para detección de humedales
La investigadora Alejandra Sepúlveda, a través de un FONDECYT, desarrolló una metodología para mejorar la identificación de parámetros de suelo en sistemas naturales vulnerables.
Con el desafío de investigar los ambientes de humedales y determinar el impacto de la actividad productiva en estas áreas frágiles, la investigadora del IIBC de la UTalca, Dra. Alejandra Sepúlveda logró identificar los parámetros de suelo claves para detectar humedales, sistemas naturales relevantes ambientalmente, dado que actúan como barrera natural al exceso de nutrientes que podrían trasladarse hacia cursos de agua superficiales, impidiendo así su contaminación.
Para ser tales, los humedales deben presentar tres elementos: poseer vegetación que crece en ambientes saturados de agua, hidrología variable y poseer suelos específicos presentes en estos ambientes, conocidos como suelos hídricos.
“Los humedales son zonas de depuración de contaminantes trasladados por el agua y sedimento en superficies extensas como las cuencas hidrográficas. Por ejemplo si cercano a un humedal hay una zona de producción agrícola, el exceso de fertilizantes o agroquímicos infiltrarán hacia aguas subterráneas llegando a los humedales donde la misma vegetación utiliza estos nutrientes para su crecimiento. Depurando de esta manera el agua”, explicó la investigadora.
Actualmente la delimitación para identificar un humedal y su extensión se hace únicamente según el tipo de vegetación. Esta investigación incorpora el suelo como componente metodológico, observando características físicas y químicas específicas, generándose un nuevo protocolo de muestreo y análisis de suelo, logrando identificar si el suelo es clasificable como suelo hídrico o si perdieron sus características específicas producto de la actividad productiva.
Para la Dra. Sepúlveda, “la importancia de esta nueva caracterización radica en que si estableces el límite del humedal, se pueden generar políticas públicas en que se establezcan los límites de instalación de actividad productiva y evitar la reducción de la extensión de estos sistemas vulnerables”.
La nueva metodología se aplicó en un humedal relevante a nivel nacional denominado Vegas de Purén, en la Novena Región. Este es un hotspot de biodiversidad que cuenta con cierto grado de protección en sus 800 kilómetros cuadrados.
“En este ejemplar la actividad forestal ha llegado a los límites del humedal. Acá se hizo un estudio de la evolución temporal y espacial del cambio de uso de la actividad productiva respecto de la superficie del humedal. Por lo que se concluyó que desde el 2007 al 2013 el 48% de la superficie del humedal se perdió por la actividad forestal y agrícola”, concluyó Sepúlveda.